Everything from:marketing

Respuesta corta: porque somos tontos.

A través de Javier G Recuenco, descubrí este artículo en Forbes, de hace un año y pico, sobre las posibles explicaciones a un fenómeno lamentable: el “techo de cristal” que hace que los directivos de marketing no den el salto a los consejos de administración.

La explicación que ofrece el artículo: los Consejos no perciben que marketing cree valor “real” en la empresa.

La función de marketing sigue siendo vista como “los de los anuncios bonitos”, un área que se incorpora al final del proceso y que trata de darle un último empujón a un producto que ya le dan hecho, sin voz ni voto en la dirección estratégica de la empresa o en la orientación de los esfuerzos de innovación.Sigue leyendo el artículo…

Si sólo vas a leer una cosa sobre marketing estos días, que sean estos diez consejos que expuso Marcos de Quinto, exvicepresidente ejecutivo mundial de Coca-Cola, en el acto de apadrinamiento del Programa Superior de Dirección de Marketing y Ventas de IE Business School.

Son consejos para profesionales del marketing, sí, pero muchos de ellos tienen poco que ver con el marketing y mucho con cómo encauzar tu vida de forma sana y adaptativa. De ahí lo de Sotogrande y las ranas.

Por cierto, aprovecho para decir que me perdí el acto por complicaciones de agenda sobrevenidas. Me hubiera encantado ver esta charla en directo y saludar a mis ex-compañeros del IE y a los directores del programa. Como sé que algunos de ellos leen esta newsletter, les mando el saludo por aquí 😉

Este artículo apareció primero en mi newsletter semanal sobre marketing, tecnología y MarTech. Puedes darte de alta aquí.

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Vamos al lío:

Los marketeros no entienden su pila tecnológica

(Sé que no hay que dejarse guiar por las encuestas y estudios publicados por consultoras, pero cuando alguna confirma todos mis prejuicios, mi mente se pone a salivar. Qué le voy a hacer: soy humano.)

En AdAge nos cuentan que sólo un 15% de los marketeros entrevistados por una consultora en el Reino Unido creen estar usando su tecnología de marketing de forma eficaz. El 41% reconoce que la usan de forma «ineficaz» o «completamente ineficaz».

En mi experiencia, lo único que no me creo es que el 41% reconozca estarse equivocando: hay pocos profesionales tan valientes como para contestar eso. Si todos lo fuéramos, el porcentaje sería mucho mayor.

Más, en AdAge: http://adage.com/article/agencies/report-advertisers…

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Vamos al lío:

No, el contenido orgánico no ha muerto

En Adweek, hacen un repaso por todos los factores que definen el estado actual del contenido orgánico. Principalmente, su reducidísimo alcance, gracias a los esfuerzos de las grandes plataformas como Facebook por ocultarlo y obligar a las marcas a invertir en publicidad. Yo tampoco creo que el contenido orgánico haya muerto, pero sí creo que toda marca debe revisar el retorno que está consiguiendo con su estrategia de contenido (orgánico)… porque seguramente es menor del que imaginan.

Más: http://www.adweek.com/digital/jill-sherman-digitaslb…

«El director de marketing ya no puede ser el sobrino tonto del consejero delegado»

Así de contundente se expresaba Javier G. Recuenco, CMO de drive&win, en la entrevista a la que le sometimos para inaugurar el podcast de Leads Origins. Es media hora de oro puro si te interesa entender bien el entorno actual en el que nos movemos los profesionales del marketing.

Más: https://www.leadsorigins.com/blog/entrevista…

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Esta semana, Apple ha presentado sus nuevos terminales iPhone 8 y iPhone X. Como de costumbre tras cada presentación de Apple, se ha elevado un coro de voces críticas con los nuevos productos. Que si eso ya lo hace Samsung desde hace años, que si la diferencia con el modelo anterior no es tan grande, etc.

Soy ya demasiado viejo para caer en la trampa de una discusión online acerca de si «Apple bien» o «Apple caca». No es fácil desarrollar en Twitter o Facebook que si Apple vende tanto no es gracias a ser el principal referente tecnológico: esa no es su posición en el mercado (y ya es hora de que algunos se enteren, porque lleva dos décadas sin serlo).

Desde la perspectiva de la marca Apple, la noticia no es que por fin haya un dispositivo en el mercado con pantalla OLED (otros las tienen desde hace años), sino que por fin hay un iPhone con pantalla OLED. Analiza la diferencia.

Vale, ya lo dejo, que si no acabo hablando solo de Apple y no venía a eso.

A lo que iba

Estas discusiones y reacciones a los nuevos modelos de la marca me suelen recordar que, demasiado a menudo, confundimos e intercambiamos a lo loco tres términos cuyas diferencias son muy relevantes en gestión de productos y en marketing: características, capacidades y funciones.

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Primera Ley del Consumidor de Marketing de Contenidos:

Desconfía del valor y la exactitud de lo creado por quien necesita crear contenidos para construir su marca.

Los contenidos de marketing sólo reflejan nuestro programa comercial. No son una visión centrada y meditada sobre un tema, sino la visión de ese tema que se te quiere transmitir.

Hace un par de semanas, contactó conmigo Rubén González, de El Mundo. Me pidió unas valoraciones sobre una serie de cuestiones incluidas en el artículo sobre bots que apareció primero en papel y, después, en la versión online.

El artículo, titulado «Se busca perfil serio, eficaz… y no humano«, incluye declaraciones también de otros profesionales de firmas como Accenture, Oracle, ESIC, etc. Cada uno aporta su visión sobre el mercado de los chatbots y sus posibilidades.

Por aclarar, sobre este tema de los chatbots y sus aplicaciones empresariales, cada día estoy más convencido de que se trata de lo que suelo llamar un «no-mercado». Ya expresaba mis recelos en un artículo del año pasado, «¿Realmente quieres poner un bot en tu empresa?«. El desarrollo de los acontecimientos va en esta línea, desde luego. No hay adopción masiva con objetivos contundentes porque el ROI de los bots es más que cuestionable, debido principalmente a la dificultad para «domesticarlos». Lograr que la experiencia de uso de un bot sea mejor que la de una app convencional es tremendamente caro. Con esas condiciones, la tecnología está ahí y se usa para desarrollos internos, banalidades o para acciones publicitarias, pero no hay un mercado que se nutra de la adopción de chatbots en la línea de negocio o en actividades críticas que afecten a la experiencia del cliente.

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La palabra de moda estos días es “bot”. Un “bot” o “chatbot” o “chatterbot” (usaré estos términos indistintamente) es un programa integrado dentro de una plataforma de mensajería (p. ej. – Facebook Messenger, Telegram, Slack, Twitter…) que nos permite interaccionar con un tercer sistema de forma conversacional. Toma ya, menuda definición.

Por si la definición anterior no te ha servido de mucho, imagina este escenario: vas a viajar, pero no recuerdas los detalles de tu billete de avión, así que abres Telegram e inicias un chat con tu línea aérea y tecleas una pregunta similar a la que le harías a un ser humano (“¿A qué hora sale mi vuelo a París?”); el bot recibe la pregunta, analiza el texto para comprenderlo, utiliza tu usuario de Telegram para identificarte en su backoffice y hace la consulta para recuperar los detalles de tu vuelo; finalmente, el bot te contesta por Telegram (“Tu avión a París sale mañana a las 20:45”) y, como es muy majo, incluye un vínculo para que te descargues la tarjeta de embarque electrónica. Eso es un bot.

Creo, sinceramente, que los bots son un avance. Un gran avance, de hecho. Abren las puertas a una relación más fluida con el usuario y hay docenas de campos en los que un buen chatbot ahorra tiempo y mejora la experiencia. Hemos pasado ya por varias fases, desde los asistentes virtuales como Siri o Cortana hasta los servicios en segundo plano como Google now, y este siguiente paso tiene muchos ingredientes para dar un buen zambombazo. Sin embargo, llevo ya suficientes años metido en esto de la tecnología y el marketing como para no detectar que, alrededor del “fenómeno bot”, hay las habituales toneladas de hype, presupuestos de marketing y opiniones sin base. Así que toca pedir cautela y sensatez, incluso a sabiendas de que raramente la cautela y la sensatez logran evitar disgustos y dispendios en esta industria.

Si estás pensando en utilizar bots en tu empresa, te propongo que reflexiones sobre estas cuatro preguntas antes de tomar la decisión:

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