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Las customer personas son una herramienta de marketing que nos permite representar de una manera práctica y didáctica los distintos segmentos de clientes que se relacionan con nuestra marca (o que queremos que lo hagan).

Tradicionalmente, al acometer un ejercicio de segmentación de mercado, los conjuntos resultantes terminaban por recibir simples identificadores (A, B, C, D o alto, medio y bajo, etc.) Por no mencionar que, en la segmentación convencional, lo habitual es limitarse a la mera descripción sociodemográfica y de consumo de cada uno de los segmentos: que si tal edad, que si tal tamaño de población, que si tal sexo, que si tal nivel adquisitivo, que si tal frecuencia de compra…

Un ejercicio moderno de segmentación no puede limitarse a variables sociodemográficas, sino que ha de ir más allá y apoyarse en los insights del consumidor que hayamos podido desvelar: sus intereses (los evidentes y los menos verbalizables), las cosas que les preocupan, sus opiniones acerca de cuestiones que les resultan relevantes y otros patrones y hábitos de comportamiento que nos ayudan a entender por completo a nuestro consumidor.

Un customer persona o marketing persona consiste, simplemente, en ir aún más allá y, a cada uno de nuestros segmentos de mercado, asignarle una representación idealizada de un consumidor, con su nombre y apellidos y, habitualmente, incluso con una o varias fotografías, así como una narrativa más o menos extensa de sus intereses, hábitos y peculiaridades. Así, donde antes teníamos al segmento A y al B, ahora podemos tener a Juan Martínez y a Verónica Castro, como representaciones idealizadas de todos los miembros de sus respectivos segmentos.

Este podría ser un ejemplo (completamente inventado) de customer persona:Sigue leyendo el artículo…

El SEO, la optimización de tu sitio web para que aparezca en los primeros lugares en Google (y otros buscadores), es visto como una manera económica de atraer visitantes a tu web.

Y, sin duda, así es, pero hay que comprender por completo lo que te puede ofrecer y, sobre todo, lo que te va a costar conseguirlo.

Cualquier búsqueda en Google sobre SEO devuelve cientos de miles de resultados sobre sus beneficios, salpicados de consejos. Por no mencionar un buen puñado de anuncios de quienes ofrecen sus servicios en esta línea.

El tono general de todos esos contenidos es inspirador y motivador. Abundan los que reducen la dificultad de las prácticas SEO a meras listas de cinco o diez acciones de «SEO on-page» con las que mejorar tu posicionamiento. Raro es el artículo en el que se mencionan las dificultades de cualquier estrategia de optimización con aspiraciones: el tiempo y el dinero que es necesario invertir para conseguir resultados y lo poco garantizados que están estos.

Las principales verdades del SEO que no suelen aparecer cuando se habla de esto:

1 – Una lista de consejos no es una estrategia SEO

Usa los títulos H1, H2, H3. Escribe un número mínimo de palabras. Ponle el ALT a las imágenes. Evita los títulos duplicados. Y así hasta el infinito. Eso no es una estrategia SEO.

Eso es, simplemente, una lista de requisitos básicos que debería cumplir toda web para no ver penalizados sus esfuerzos por aparecer en los buscadores. Debes hacerlo, sí, pero eso sólo no te garantiza nada, principalmente si compites en un entorno muy disputado.

El SEO es mucho más que eso y, como repiten continuamente desde Google, gira fundamentalmente alrededor de contenidos de calidad que realmente interesen a tus usuarios.Sigue leyendo el artículo…

Desde que comenzaron a proliferar los dispositivos móviles, el principal debate al que se ha enfrentado toda compañía al plantear su estrategia móvil es si abordar la creación de aplicaciones móviles (apps) o limitarse a tener un sitio web móvil completamente adaptado. En realidad, esas alternativas son una falacia, puesto que no cabe decidir, sin más, entre unas y otras.

A estas alturas del juego, a nadie se le debería escapar que las apps juegan un papel distinto del que juegan las webs móviles. Y esa diferencia no está tan relacionada con las capacidades técnicas de unas y de otras, como muchas veces se nos hace creer, sino en lo que podemos hacer con unas y otras:Sigue leyendo el artículo…

Hace un par de semanas, se anunció a bombo y platillo el nacimiento de iupay, un servicio de pagos online promovido por las principales entidades financieras españolas y que era descrito por muchos como una alternativa a Paypal.

La maquinaria de comunicación detrás de iupay aseguró, allá por el 17 de febrero, un sólido y contundente impacto en los medios de comunicación, que se hicieron eco del lanzamiento de la nueva plataforma sin ahorrar en adjetivos positivos. Ya desde el anuncio inicial, hubo algo en todo esto que me dio mala espina. ¿Alternativa a PayPal? ¿En qué se diferencia? ¿Cómo van a conseguir tracción? En un vistazo rápido a su web, mis sospechas sobre la solidez de la nueva propuesta fueron en aumento. ¿Qué beneficios anuncian para los comercios? «Tus clientes se sentirán más seguros porque no tendrán que teclear su tarjeta de crédito.» ¿Y para los usuarios? «Creando tu cartera iupay tendrás siempre disponibles las tarjetas que añadas para comprar en Internet.» ¿Servicios de prevención del fraude? ¿Recibir pagos en tu cuenta? ¿Pagar sin necesidad de tener tarjeta? ¿Pagos entre particulares? Nada de nada. ¿Alternativa a PayPal? ¿En serio?

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Los productos «rompehielos» existen en prácticamente todos los sectores. Se trata de iniciativas que una empresa lanza no para conseguir una rentabilidad directa, sino para hacer más efectivo su «enganche» con el mercado, ya sea generando atención, demostrando capacidad en un área determinada o facilitando la entrada en cuentas en las que sería difícil entrar de otro modo.

En el sector tecnológico, el recurso a los «rompehielos» es muy habitual, tanto en fabricantes de software como en proveedores de servicios tecnológicos. Pueden presentarse al mercado como un producto cualquiera o pueden llevar el apellido «prototipo», «prueba de concepto» o algún otro similar, si su carácter es marcadamente innovador o experimental.

Los rompehielos son útiles: te proporcionan una excusa para comunicar, un mensaje que lanzar a tu mercado o una forma de romper barreras de entrada en algunos clientes. Pueden ser una forma acelerada de adquirir credenciales, de demostrar competencia en una línea tecnológica nueva. Además, sirven para que tu equipo simule trabajar en un proyecto real con una determinada tecnología. Un buen rompehielos debe reunir varias de estas características:Sigue leyendo el artículo…

El mundo es demasiado grande como para limitarte a hacer negocios dentro de las fronteras de tu país. El comercio exterior, y más aún en esta época de parón económico en España, es la vía sensata para el crecimiento y la expansión de la mayoría de las empresas. Sin embargo, lanzarse a una aventura internacional no es sencillo, ni es algo que deba hacerse sin el debido análisis previo.

A lo largo del tiempo, he ido recopilando experiencias, positivas y negativas, sobre lo que implica hacer negocios internacionales. Algunas, observando a mi alrededor y, otras, protagonizadas en primera persona. Aquí, un resumen rápido:
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Marketing de guerrilla es uno de los mejores nombres de marca nunca inventados. Evoca todo un abanico de conceptos y sensaciones: la romántica lucha de buenos contra malos, el ingenio como herramienta para derrotar al enemigo enorme y monolítico y, sobre todo, el recurso mágico a disposición de los que no tienen otra cosa.

Sin embargo, en el marketing de guerrilla no todo es tan bonito como muchos nos lo quieren pintar. Ni todo lo que nos pintan es marketing de guerrilla. Que hay que agudizar el ingenio y no confiar sólo en el presupuesto es una obviedad, más aún en los tiempos que corren. Además, el efecto multiplicador de la (buena) creatividad está sobradamente demostrado. Ahora bien, que con acciones de guerrilla vas a alcanzar tremendos resultados sin invertir un duro es un engaño, porque no es algo que puedas afirmar con certeza y porque el apalancamiento conseguido con estas acciones no suele ser tan grande, salvo ruidosas excepciones. Muchas veces, el engaño viene de fuera, de quien te quiere vender la moto de sus servicios y sus fórmulas mágicas. Muchas otras veces, nos engañamos a nosotros mismos.Sigue leyendo el artículo…

Geert Hofstede es un psicólogo social holandés ampliamente reconocido como el padre de la investigación cultural comparativa. Sus estudios demuestran que las diferencias culturales entre naciones se manifiestan especialmente al nivel más profundo, es decir, al nivel de los valores. Vemos cómo se aplica esto a nuestros esfuerzos de marketing globales.

La importancia de la cultura en la estrategia de marketing

En el marketing global, la planificación y ejecución de una estrategia ha de llevarse a cabo comprendiendo correctamente las culturas nacionales y las diferencias existentes entre ellas. Ignorar esas diferencias entre las culturas nacionales disminuirá, sin duda, tus probabilidades de éxito y, probablemente, pondrá en riesgo toda tu inversión en marketing global.

Para hacerlo todo aún más complejo, el problema principal con la cultura nacional es que, como en un iceberg, la mayor parte de ella es invisible: su núcleo más interno, allí de donde surgen las normas y los valores, contiene multitud de asunciones acerca de la realidad a nuestro alrededor, asunciones que no siempre tus consumidores van a expresar de manera consciente o abierta. La buena noticia es que existen herramientas que te ayudarán con todo esto.

Hofstede, junto con otros investigadores y el Hofstede Centre (una institución vinculada al investigador), crearon y dieron a conocer el «5 National Cultural Dimensions Model» o «Modelo de las 5D». El modelo de las 5D es una poderosa herramienta para los marketeros que buscan una forma sencilla, aunque con rigor académico, de establecer comparaciones entre las distintas culturas de los mercados internacionales a los que se dirigen.Sigue leyendo el artículo…