Esos tipos trabajaron aquí y allá, siempre cerca de los ordenadores pero sin alejarse nunca del lenguaje, esa habilidad que los homo sapiens hemos aprovechado y pulido hasta niveles nunca antes vistos en nuestro planeta. Picotearon aquí y allá, en proyectos que seguro fueron muy interesantes y en otros que, también con certeza, lo fueron mucho menos. En su interior, sobre todo en el de uno de ellos, había un pequeño fuego que, quizá, no alumbraba demasiado, pero que ahí estaba, calentando de forma incesante sus pensamientos: hay una forma mejor de hacer esto que hacemos. La lingüística computacional ha estado siempre dominada por conceptos que provienen de su pata computacional, matemática, y, paradójicamente, no se ha prestado la atención debida a su vertiente lingüística. La lingüística computacional es, tradicionalmente, computación aplicada a resolver problemas lingüísticos. A esa tortilla, se le podía dar la vuelta: lingüística aplicada a resolver lo que la informática no es capaz de abarcar plenamente. La informática como herramienta, no como solución.Sigue leyendo el artículo…
Hoy, os voy a hablar de unos tipos cualquiera. Unos tipos que trabajan en lo que, según algunas métricas, es una PYME, que es algo que sólo hacen los losers. Algunos de estos tipos incluso estudiaron carreras de letras, filologías y tal, de esas que sólo estudian los fracasados a los que no les da la nota para estudiar otra cosa.