El punto de partida más común en las redes y medios sociales es la creación de una red de “contactos” (o amigos o seguidores o el nombre que se le dé en cada caso). Cuanto más extensa sea tu red de contactos, más probable es que lo que en ella compartes acabe siendo visto por un número elevado de personas. En Plague, sin embargo, no existe la posibilidad de crear ese “séquito” de seguidores o contactos. Todo contenido compartido por cualquier usuario cuenta, en un primer momento, con las mismas probabilidades de acabar “viralizándose”.
Además, la geolocalización de los usuarios es fundamental en Plague: cada contenido que compartimos es difundido a otros tres usuarios físicamente cercanos a ti que, a su vez, elegirán si ignorar ese contenido o si se lo enviarán a otros cuatro usuarios. Cada grupo de usuarios es elegido por su cercanía física con quien difunde el contenido y no hay forma de enviar algo a un usuario concreto. A medida que aumenta tu “índice de infección”, aumenta también el número de usuarios a los que se les envía lo que difundes.Sigue leyendo el artículo…